Este proceso debe iniciarse desde la infancia. Pero a pesar de haber educado a nuestros hijos en las normas y límites, podemos encontrarnos con adolescentes rebeldes, con dificultades para asumir responsabilidades y cumplir normas. Y con actitudes desafiantes y retadoras ante la autoridad de los padres.
1. MANTENER LA CALMA
Gritar, perder los nervios o entrar en descalificaciones o insultos, no soluciona nada. Y puede, en cambio, agravar el problema.
2. ESCUCHAR A ÉL/ELLA
Sus sentimientos, opiniones y el porqué de su discrepancia con las normas. A veces, simplemente el no sentirse escuchado o tenido en cuenta, motiva esta rebeldía.
3. AVERIGUAR QUE FACTORES INFLUYEN EN ESA ACTITUD
A veces puede Ser parte del propio proceso adolescente, que les lleva a la necesidad de tener el control, de reafirmarse y de encontrar su identidad oponiéndose a los demás. Pero puede deberse a otros factores como:
4. REVISAR NUESTRAS PAUTAS DE ACTUACIÓN
Que no favorecen que las normas se interioricen y se cumplan: